Como es bien sabido, la gasolina no es el único combustible que se utiliza en los coches. De hecho, existen diversas alternativas, unas mejores que otras, en especial en términos de dinero y, claro está, en la maquinaria de los coches.
A manera de tener una guía que ayude a conocer mejor los combustibles, se presenta aquí una breve descripción que seguro será de utilidad para elegir un coche en función de aquello que necesita su motor para arrancar.
Gasoil
Los coches a Diesel es la forma de denominar a aquellos cuyos motores requieren de petróleo o gasoil para funcionar. Su mayor beneficio está en que en las largas distancias, donde la persona que conduce el coche mantiene una velocidad constante, es cuando se produce la mayor cantidad del ahorro.
En los trayectos dentro de ciudad, sin embargo, los ahorros no son tan palpables y se circunscriben a cuando los coches se detienen ante los semáforos. Es decir, el gasoil es el combustible que rinde mejor para aquellas personas que trabajan en pueblos diariamente o que tienen que viajar constantemente haciendo uso de las autopistas.
Metano
Es claro que dentro de las opciones más importantes de combustibles para coches está el metano, cuyo consumo se ha multiplicado por dos en la última década. Todo esto debido a que se incentiva su consumo y a que se pone en el mercado a un precio más bajo en comparación con otros combustibles.
No es, sin embargo, el aspecto económico, el único aspecto en el que destaca como combustible de coches; sino que maltrata menos el motor además de que es bastante más benevolente con el medio ambiente. Por otro lado, la potencia que se consigue con los coches que funcionan con metano es menor respecto a la que se alcanza con otro tipo de motores.
Actualmente, en la Unión Europea se encuentran cada vez más facilidades para poder contar con estacionamientos así como estaciones donde se pueden recargar los coches que funcionan con metano.
GLP
Contar con GLP, reporta, en general, contar con los mismos beneficios que contar con el metano, tanto en lo que respecta al precio del combustible así como al daño que genera al medio ambiente su empleo. No obstante, en ocasiones aún es difícil encontrar este tipo de combustible con la frecuencia que se desearía.